ASAMBLEA CIUDADANA ¡SÍ SE PUEDE! FASE PRESENCIAL

El próximo sábado 18 de octubre y domingo 19 tendrá lugar el encuentro presencial de Podemos en la Asamblea Ciudadana Sí se puede. El acto se celebrará en la antigua plaza de toros, hoy Palacio de Vistalegre. El objetivo central de la asamblea será la discusión pública de los borradores que se han presentado sobre los distintos ejes -ético, político y organizativo- que estructurarán la actividad de Podemos.
Se espera que acudan más de 8.000 personas al recinto. Además, el evento se podrá seguir por streaming. En distintos lugares del territorio español los círculos habilitarán locales para seguir el acto.
Pablo Iglesias será el encargado de abrir el encuentro a las 11 horas del sábado y posteriormente se explicarán los métodos de participación a los asistentes mediante las aplicaciones de Appgree y Ágora Voting. Una vez que los asistentes sepan cómo pueden decidir sobre los borradores, tendrán lugar las ponencias sobre los 15 borradores éticos. Previsiblemente este será uno de los puntos donde habrá mayor consenso.
El domingo por la mañana se presentará el borrador organizativo, donde se presentarán 24 alternativas. Por la tarde se debatirá sobre los 18 borradores políticos. Durante todo el encuentro se utilizará la aplicación Appgre, que permitirá una interacción prácticamente simultánea, especialmente en las preguntas que se formulen a los distintos ponentes.
El domingo a las 18:00 se conocerán las resoluciones más votadas de las 103 presentadas. Los cinco textos que resulten ganadores se asumirán como parte de la línea política del partido. Los documentos pueden ser votados y consultados en su página web desde el pasado día 16 por las 131.000 personas inscritas para participar en la asamblea.

Horario de la Asamblea Ciudana 'Sí se puede'

Sábado
10:00 - Entrada y entrega de acreditaciones de prensa
11:00 - Pablo Iglesias abre el encuentro
11:15 - Luis Alegre explica el desarrollo del mismo
11:25 - Explicación métodos de participación y voto, Appgree y Ágora Voting
11:30 - 12:30 - Ponencias del documento ético
11:45 - Comparecencia Ágora Voting en la zona de prensa
12:15 - Comparecencia Appgree en la zona de prensa
12:30-14:20 - Preguntas a los equipos -via Appgree-
12:45 - Comparecencia Luis Alegre en la zona de prensa
14:00 - Cierre

Domingo
10:00 - Entrada y acreditaciones
11:00 - 12:45 - Ponencias documento organizativo
11:20 - Comparecencia de Íñigo Errejón en la zona de prensa
12:40 - Comparecencia de Pablo Echenique en la zona de prensa
12:45 - 14:00 - Preguntas a los ponentes -via appgree-
13:50 - Comparecencia de Teresa Rodríguez en la zona de prensa
14:00-15:00 - Pausa para comer
15:15-16:50 - Ponencias documento político
15:15 - Comparecencia de Tania González en la zona de prensa
16:50-18:00 - Preguntas a los ponentes
16:50 - Comparecencia Daniel Ripa en la zona de prensa
17:35 - Comparecencia Juan Carlos Monedero en la zona de prensa
18:00-18:30 - Presentación de las cinco resoluciones más votadas
18:30 - 19:00 - Cierre

La fase de las votaciones para dar forma y decidir qué apuesta política y organizativa es la más adecuada para encabezar el proyecto de Podemos de cara al próximo y determinante ciclo político que tenemos este año venidero.
Son tres las votaciones: 1) Votar las resoluciones, 2) Votar los borradores propuestos 3) Elegir los candidatos a los órganos de Podemos. Empezamos con las resoluciones que son de suma importancia. Las resoluciones vienen a ser mandantos e imperativos ciudadanos, líneas de acción que Podemos  recoge como señas de  identidad que lo definen. Hay más de 103 presentadas, pero solo pueden quedar 5. El plazo para votarlas en https://participa.podemos.info/es finaliza  este sábado 18 de octubre a las 23:59. Si todavía no te has inscrito, puedes hacerlo aquí y sumarte a las 130.000 personas que podrán decidir en la Asamblea ¡Sí se puede!

Sumando Podemos: es la hora de ganar 

por Teresa Rodríguez

Desbordante. Siendo sincera me cuesta un poco asimilar cómo ha cambiado todo desde el pasado 25 de mayo. Llevamos años deseando que la gente nos pase por encima, generar de nuevo ilusión y debate colectivo donde antes había sólo apatía e individualismo. Pues bien, estamos en pleno proceso asambleario de PODEMOS para decidir cómo vamos a organizarnos a partir de ahora. Es un proceso único, nada que ver con los partidos del régimen, que siempre han visto la participación ciudadana como un problema. Se construían mirándose al ombligo, con estructuras opacas, cerradas y al servicio de unos pocos: de sus amigos. PODEMOS nace precisamente para acabar con esas prácticas. Nosotros no vemos la participación ciudadana como un problema, sino como la única solución.
Dicho esto, ahora toca mojarse. Apuesto por el documento organizativo SUMANDO PODEMOS, que ha sido elaborado por muchos equipos surgidos desde los Círculos y que cuenta también con el apoyo de mis compañeros en el Europarlamento, Pablo Echenique y Lola Sánchez. Apoyo esta propuesta precisamente porque creo que es la más útil para lograr nuestros objetivos. Necesitamos construir un PODEMOS eficaz, democrático, ágil, que salga sin miedos a ganar. Sabemos que buena parte del hartazgo de la gente por la política viene porque la casta promete una cosa y hace la contraria. Nosotros somos diferentes. En nuestro ADN está hacer lo que decimos, no prometemos más que eso, pero tampoco menos.
Esta es una propuesta organizativa para reconstruir desde abajo lo que los de arriba han destruido. Desde que empezó la crisis, los políticos y los mercados se han aliado para destruir lo que habíamos conquistado luchando durante décadas; acabando con los derechos laborales, privatizando lo público, intentando mandar sobre nuestros cuerpos, destruyendo el planeta etc. Repitiendo e insistiendo en que estamos solos, y que cada cual debe buscarse la vida, competir con el resto.
En las últimas Elecciones Europeas, como ya habíamos hecho en el 15M, muchas personas dijimos basta. Basta de soledad. Basta de resignación. Tenemos otra receta para salir de la crisis: más democracia, más derechos. Solo podemos conseguirlo entre todas y todos, dotándonos de forma imprescindible de unidad popular, que toda esa mayoría social que día tras día consigue que la sociedad funcione nos encontremos y trabajemos juntos por el cambio.
Y hemos empezado a hacerlo, pero queremos ser muchos más y estar presentes en más sitios. Queremos estar en los barrios, en los centros de trabajo, en las instituciones públicas, en todos los rincones, para recuperar lo que nos pertenece. La democracia no es sólo votar, sino también deliberar y actuar en común, a través de estructuras surgidas desde las bases: los Círculos son el instrumento del que nos hemos dotado para construir democracia, dentro y fuera de PODEMOS. Es desde estos espacios desde donde se puede vertebrar nuestro proyecto, estableciendo un diálogo permanente con el conjunto de la ciudadanía, a través de asambleas presenciales y herramientas telemáticas.
Los partidos tradicionales, con su falta de confianza en la gente, han intentado siempre sustituir la participación popular por mecanismos burocráticos o secretarios generales. Nosotros, que venimos de las plazas, no queremos hacer políticas de despacho. Para cambiar la sociedad, primero hay que entenderla. Somos conscientes de que la ciudadanía es diversa, pero también de que aquello que nos une pesa más que lo que nos separa y que nuestra pluralidad democrática es un valor atractivo para seguir sumando gente al cambio. Por eso apostamos por un modelo de portavocías electas y revocables, en donde varias voces, coordinadamente, puedan dialogar y proponer de forma constante ideas a la sociedad, escuchando a todo el mundo y rindiendo cuentas ante la gente de PODEMOS.
Hay una cosa muy positiva que ya estamos viendo en esta primera asamblea de PODEMOS: la inteligencia colectiva y las ganas de ponerla al servicio de la sociedad que todos los que participamos en PODEMOS compartimos. El borrador SUMANDO PODEMOS está diseñado para recoger y organizar todo ese potencial social que hemos activado, pero no simplemente para construir PODEMOS, sino para poner todas esas capacidades al servicio de la sociedad. Como decía Salvador Allende, “ganar el gobierno no significa ganar el poder”. Para nosotros ganar significa que sea la ciudadanía la que se gobierne a sí misma por delante de los intereses de una minoría de privilegiados. Para nosotros ganar las elecciones y avanzar en el proceso de auto-organización ciudadana son parte del mismo proceso. Necesitaremos la movilización ciudadana para ganar las elecciones y la necesitaremos cuando ganemos las elecciones para gobernar. ¿Acaso alguien duda de que los mercados nos presionarán si ganamos las elecciones, que la casta no se opondrá a perder sus privilegios?
Necesitamos un modelo que combine el potencial mediático de nuestros portavoces con la necesidad de prepararnos para gobernar. Tenemos que salir de esta Asamblea Ciudadana con un proyecto lleno de propuestas, capaz de impulsar y vincularse a las movilizaciones, listo para desalojar a la casta, dispuesto a poner los recursos económicos al servicio de la gente. Para eso necesitamos un PODEMOS unido, que integre las diferentes sensibilidades que componen el proyecto, con un objetivo claro: que se vayan los que nos han saqueado, porque es la hora de la gente.
 

Podemos en tensión 

por Santiago Alba Rico

 Dejo a un lado las miserables campañas que, desde los medios hegemónicos y a veces desde la extrema izquierda marginal, se han desatado contra Podemos. Lo que me preocupa estos días, navegando en las redes o leyendo algunas declaraciones en periódicos amigos, es otra cosa. Me pregunto cómo ha podido ocurrir que para un sector de Podemos, o para algunos de sus simpatizantes más ceñudos y exigentes, Pablo Iglesias y su equipo técnico y el grupo Claro que Podemos hayan pasado a convertirse en el enemigo, en una “amenaza para el proyecto” a la que “hay que parar los pies”, en un embrión de “dirección estalinista” o de “burocracia caudillista” y, desde luego, en un “atentado contra la democracia”.

Me parece no sólo injusto sino irresponsable, en vísperas de la Asamblea, envenenar de este modo un debate y un procedimiento que en sí mismos implican ya una ruptura simbólica con el régimen del 78. Es perfectamente legítimo defender uno, dos, tres, cien borradores diferentes del que propone Claro que Podemos y es muy posible asimismo que algunos de ellos sean más democráticos (algunos me parecen tan democráticos que corren el peligro de descolgar al pelotón en la subida y coronar en solitario el Tourmalet), pero me parece falto de rigor y de honestidad descalificar el de Pablo Iglesias como antidemocrático o incluso dictatorial.
¿Hubiera sido deseable que se hubiera negociado con el de Sumando Podemos, donde, por lo demás, hay gente tan valiosa, tan comprometida y tan lúcida? A algunos nos hubiera producido un cierto alivio personal, es verdad, pero tampoco estoy seguro de que en sí mismo fuera bueno, porque a veces es más democrático mantener los desacuerdos y porque, en cualquier caso, no se puede decir que Claro que Podemos no ha negociado, pues ha llegado a acuerdos y transacciones con otros círculos. Lo que en todo caso me parece mal es que se ataque de este modo –con burlas crueles o descalificaciones gruesas y falsas– a un equipo que ha sido determinante en nuestro recorrido y un borrador que vamos a votar muchas personas que creemos estar defendiendo la democracia (y los principios de Podemos) no menos que los otros grupos implicados honesta y fecundamente en el proceso constituyente.
Ese borrador de modelo organizativo me parece mejorable y, como todos, tengo la sensación un poco arrogante de que yo lo hubiera redactado mejor, pero creo que incluye los mecanismos para mejorarlo cuando haya cumplido su función. Creo que es un poco más vertical que el de Sumando Podemos, pero también menos elitista; un poco menos horizontal, pero también más funcional, manejable y comprensible. Creo, además, que garantiza mucho más que los otros el cumplimiento del objetivo prioritario –cláusula de todos los demás– de Podemos: ganar las elecciones generales. No se trata de ganar por ganar y, desde luego, cuando se ha insistido en que Podemos “no había venido a jugar sino a ganar”, esta declaración no contenía ni un gramo de competitiva bravuconería hollywoodiana sino más bien muchos kilos de desesperación fatalista: es que no ganar significa la catástrofe; significa perder lo poquísimo que teníamos y ceder además territorio a la ultraderecha.
Ganar es la única forma de establecer las condiciones de una transformación radical y ello porque es la única forma de generar una confrontación de verdad con la “casta” y el régimen del 78. La victoria electoral no conquista nada, no garantiza nada; es apenas la condición, sí, de la confrontación, condición a su vez de la apertura de una dinámica de transformaciones estructurales. Puede que no salga, que en la confrontación cedamos o nos destruyan, que haya divisiones o sencillamente perdamos el norte, pero sin confrontación con la “casta” no habrá sino lametones de heridas y justiciero radicalismo de salón (con el que la casta ha estado siempre encantada). Podemos ha conseguido por primera vez que la casta se sienta amenazada; lo ha conseguido gracias a propuestas reformistas que entroncaban con el sentido común de la gente normal. Es un juego peligroso y por edad y experiencia soy más bien pesimista, pero sin él no hay ningún juego –o sólo juego.
En definitiva, hay que ser reformistas para que la confrontación misma desencadene una dinámica revolucionaria de cambio real. Para eso hay que ganar las elecciones generales. Por continuar con el símil ciclístico, lo que no podemos permitirnos es ser tan radicales que descolguemos al pelotón; hay que tirar de él sin dejarlo atrás y permitiendo y, aún más, imponiendo frecuentes relevos (y entrenando a cada bicicleta para dar los relevos y aumentar la velocidad). De ese pelotón del que formo parte sólo puede tirar, a mi juicio, al menos hoy, la propuesta y el equipo de Claro que Podemos.
Es legítimo pensar lo contrario y hacer propuestas en otra dirección y tratar de obtener el apoyo mayoritario de la asamblea, pero no cometamos la injusticia –muy erosiva en vísperas de la Asamblea– de considerar enemigos, por “antidemocráticos”, a quienes no han dejado de pedalear hasta ahora ni un solo minuto, y “tontos” o “alienados” a quienes los siguen. Esta última frase, por supuesto, se aplica igualmente a los que, desde el apoyo a Claro que Podemos, sintiesen la tentación, o cayesen en ella, de descalificar sumaria y groseramente la propuesta de Sumando Podemos, cuyo pedaleo merece no menos respeto y agradecimiento y entre cuyos promotores hay además personas a las que quiero y admiro personalmente.

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